Ola de Calor en EE. UU.: Récords de Temperatura, Infraestructura en Riesgo y Ciudades Bajo Emergencia
Una intensa ola de calor se extiende por vastas regiones de Estados Unidos, con más de 130 millones de personas bajo alerta por temperaturas extremas. Las condiciones han superado marcas previas en diversas ciudades, han puesto bajo presión a la infraestructura nacional y han obligado a varios gobiernos locales a declarar estado de emergencia.
Récords Superados en Varias Ciudades Clave
Durante los últimos diez días, el calor extremo ha afectado especialmente al suroeste, sureste y medio oeste del país. En ese período, las temperaturas han alcanzado niveles sin precedente en varios centros urbanos:
- Phoenix, Arizona: 120 °F (49 °C), su temperatura más alta registrada
- Las Vegas, Nevada: 118 °F (48 °C), superando el récord anterior
- Dallas, Texas: 115 °F (46 °C), la cifra más alta para un mes de junio en la ciudad
Estas temperaturas se combinan con elevados niveles de humedad en algunas zonas, lo que ha elevado el índice de calor y aumentado el riesgo de enfermedades relacionadas con el clima.
Red Eléctrica al Límite y Servicios en Alerta
El uso intensivo de sistemas de climatización ha provocado una demanda eléctrica excepcionalmente alta, acercando a la red nacional a su punto crítico de capacidad. Aunque hasta ahora los cortes de energía se han limitado a incidentes localizados, la frecuencia de estos eventos ha ido en aumento, generando preocupación en centros urbanos densamente poblados.
El sistema hospitalario también enfrenta una carga adicional, reportando un alza considerable en las admisiones por golpes de calor, deshidratación y agotamiento térmico. Las unidades de urgencia en Texas, Nevada y Arizona han activado protocolos especiales ante la saturación de pacientes en áreas sensibles al calor.
En paralelo, infraestructuras de transporte han comenzado a resentir el impacto de las temperaturas extremas: se han documentado retrasos ferroviarios por deformaciones en rieles, así como daños en carreteras debido a la dilatación de materiales.
Ciudades Declaran Emergencia y Activan Centros de Enfriamiento
Las ciudades de Phoenix, Dallas, Las Vegas y Houston han emitido declaratorias formales de emergencia. Las medidas adoptadas incluyen:
- Apertura de centros de enfriamiento comunitarios con acceso gratuito a aire acondicionado, agua y alimentos
- Distribución masiva de botellas de agua en zonas vulnerables
- Suspensión de actividades al aire libre en escuelas, parques y espacios públicos
- Recomendaciones constantes a través de medios y redes sociales para prevenir riesgos
Autoridades locales han señalado como prioridad proteger a las personas mayores, niños pequeños, personas sin hogar y trabajadores al aire libre.
Extensión Geográfica y Pronóstico Climático
La ola de calor cubre gran parte del suroeste, sureste y medio oeste, y se espera que las temperaturas extremas continúen al menos hasta el fin de semana, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Las zonas rurales también se han visto gravemente afectadas, especialmente aquellas con acceso limitado a infraestructura de enfriamiento o atención médica. Varios estados han solicitado recursos federales para reforzar su capacidad de respuesta ante esta situación prolongada.
Clima Extremo y Preparación Sistémica
La magnitud de esta ola de calor vuelve a poner en el centro del debate la resiliencia de la infraestructura nacional frente al cambio climático. Especialistas en clima y urbanismo coinciden en que los sistemas de energía, salud y transporte requieren adaptación urgente para afrontar fenómenos meteorológicos de esta intensidad.
“El calor extremo no es un evento aislado, sino parte de una tendencia creciente. Las ciudades deben replantear cómo diseñan sus espacios, redes eléctricas y servicios de emergencia para responder a este tipo de eventos”, señaló la climatóloga Dra. Elena Martínez, del Instituto Nacional de Ciencias Atmosféricas.
La ola de calor de junio de 2025 representa un desafío multidimensional para Estados Unidos. El rompimiento de récords térmicos, la tensión sobre los sistemas críticos y las múltiples declaratorias de emergencia demuestran la necesidad de una respuesta coordinada y estratégica frente al clima extremo. Mientras las temperaturas se mantengan elevadas, la preparación ciudadana y la acción institucional serán claves para minimizar los riesgos sobre la salud pública y la estabilidad de servicios esenciales.