Ricardo Arjona Regresa a Casa con “Lo que el Seco no dijo”: Dos Décadas Después, Guatemala Canta de Nuevo
Guatemala volvió a latir al ritmo de Ricardo Arjona.
El cantautor inauguró su gira mundial “Lo que el Seco no dijo” el 31 de octubre en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, marcando su regreso al país después de veinte años de ausencia en los escenarios nacionales. Lo hizo con la emoción de quien vuelve al punto de partida, acompañado por los himnos de toda una generación y por el eco existencial de su último disco, Seco (2025).
El recinto, convertido en una suerte de santuario poético, fue el escenario de una “residencia” sin precedentes: 23 conciertos consecutivos en su tierra natal. A las afueras, los fans se mezclaban entre aromas de comida típica, murales con frases del artista y merchandising ambientado en el universo simbólico de Arjona. Era un reencuentro más espiritual que musical: una celebración del tiempo, la memoria y las canciones que sobrevivieron a ambas cosas.
Desde los primeros acordes de “Señora de las cuatro décadas” hasta la inevitable “Mujeres” que cerró la noche, el público cantó cada verso como si el pasado y el presente se fundieran. En el repertorio brillaron clásicos como “El Problema”, “Minutos”, “Quién diría” y “Fuiste tú”, junto a las nuevas piezas de Seco, un álbum que condensa la mirada madura del Arjona actual: más introspectivo, más irónico, pero con la misma vocación por retratar las grietas del alma humana.
Cada tema fue acompañado por una puesta en escena luminosa y simbólica. Pantallas con imágenes de Guatemala, luces cálidas que seguían el pulso de las letras, y una atmósfera teatral donde el silencio del público valía tanto como los aplausos. En varios momentos, Arjona interrumpió la música para conversar, reflexionar sobre el paso del tiempo y, fiel a su estilo, ironizar sobre la fama, la política o el amor.
La emoción colectiva se extendió más allá del país. Seguidores de toda América Latina llegaron con banderas y camisetas desde México, Argentina, Chile, Puerto Rico y Estados Unidos. Muchos viajaron solo para estar en la primera noche. “No es un concierto, es volver a una parte de mí”, dijo una fan guatemalteca, mientras sostenía una flor de papel con la frase “Te conozco” escrita a mano.
El espectáculo —que Arjona define como “una conversación entre lo que fui y lo que sigo buscando”— combina existencialismo, humor y nostalgia. Es un viaje hacia lo más íntimo de su obra, pero también una celebración colectiva de quienes han crecido con sus canciones.
Después de esta residencia en Guatemala, la gira seguirá su recorrido por Estados Unidos, Argentina, Chile y Puerto Rico, con un tramo especial en Buenos Aires durante mayo de 2026: doce noches consecutivas en el Movistar Arena, donde el artista promete un espectáculo sensorial “más que un concierto, una vivencia”.
Veinte años después, Arjona demuestra que sigue siendo el cronista de lo cotidiano, el poeta de lo imperfecto, el hombre que canta sobre lo que duele y lo que permanece.
Su regreso a casa no fue solo un acto musical, sino un reencuentro con la raíz: la certeza de que algunas canciones —como los recuerdos— nunca se van, solo esperan que alguien las vuelva a cantar.
