En una nueva escalada verbal que complica aún más el ya frágil escenario diplomático, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó este miércoles a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelensky, de entorpecer un posible acuerdo de paz con Rusia al rechazar cualquier cesión territorial, particularmente sobre Crimea.
Las declaraciones del mandatario estadounidense se produjeron a través de su plataforma Truth Social, donde calificó de “muy perjudiciales para las negociaciones de paz” las recientes afirmaciones del presidente ucraniano, quien reiteró con firmeza que su país “nunca reconocerá la anexión rusa de Crimea”, en referencia al territorio ocupado por Moscú desde 2014.
Trump: Crimea “ni siquiera es un punto de discusión”
Trump fue contundente al señalar que Crimea “se perdió hace años” durante el gobierno de Barack Obama y que, desde entonces, “ni siquiera es un punto de discusión”. En su mensaje, criticó la falta de resistencia ucraniana en el momento de la anexión:
“Nadie le pide a Zelensky que reconozca Crimea como rusa, pero si la quiere, ¿por qué no lucharon por ella hace once años cuando fue entregada sin un solo disparo?”
El presidente estadounidense también advirtió que la postura intransigente de Kiev “solo servirá para prolongar el ‘campo de matanza’”, aludiendo al creciente número de víctimas que sigue dejando la guerra desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022.
Una advertencia sobre el futuro del conflicto
Trump sostuvo que un alto el fuego podría estar “muy cerca”, pero solo si ambas partes ceden. En su visión, Ucrania enfrenta una disyuntiva crítica:
“La situación de Ucrania es desesperada: puede lograr la paz o puede luchar durante otros tres años antes de perder todo el país.”
Estas declaraciones llegan en un momento particularmente sensible para la diplomacia internacional, con negociaciones activas en Londres donde representantes de Estados Unidos, Europa y Ucrania buscan una salida negociada al conflicto.
El núcleo del desacuerdo: la soberanía sobre Crimea
Uno de los puntos más controversiales de las conversaciones es la posibilidad de que Rusia conserve el control de los territorios ocupados, incluyendo Crimea. De acuerdo con reportes no oficiales, la propuesta estadounidense estaría considerando esa opción como parte de una solución pragmática para detener la guerra. Sin embargo, para Ucrania, ceder soberanía va más allá de lo negociable.
Zelensky ha reiterado en múltiples ocasiones que “Crimea es tierra ucraniana” y que su gobierno no aceptará ningún acuerdo que implique renunciar a su integridad territorial. Esta firmeza, aunque respaldada por una parte de la comunidad internacional, ha comenzado a generar tensiones con ciertos sectores aliados.
Presión internacional sobre Ucrania
El vicepresidente JD Vance y otros funcionarios dentro de la administración Trump han advertido que Estados Unidos podría abandonar las negociaciones si Kiev no muestra mayor flexibilidad. Este endurecimiento de postura coloca a Zelensky ante una presión creciente: defender la soberanía nacional frente a la necesidad de asegurar una paz inmediata que evite una mayor devastación.
Un dilema global sin una salida clara
Las afirmaciones de Trump no solo revelan una postura más pragmática, sino que reavivan las divisiones dentro del escenario internacional sobre cómo abordar el conflicto. Mientras algunos líderes abogan por un acuerdo que refleje el equilibrio de poder actual, otros insisten en la defensa del derecho internacional y la integridad territorial de Ucrania.
En medio de ese dilema, Zelensky continúa siendo el rostro de la resistencia, mientras Trump se posiciona como una voz disidente que presiona por una solución rápida, incluso a costa de concesiones históricas.
La pregunta que permanece sin respuesta es si la paz llegará por medio de la diplomacia o de la imposición del desgaste. Y si, al final, Crimea será el precio de un alto el fuego… o el punto que perpetúe la guerra.