Serena Williams Recibe el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025: Un Reconocimiento a la Grandeza Más Allá de la Cancha
La ovación no fue en una pista, pero el eco de su legado retumbó con fuerza. Este miércoles, el jurado del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025 anunció la concesión del galardón a Serena Williams, una figura que trasciende los límites del tenis y cuya influencia se extiende a la cultura, la igualdad de género y el empoderamiento social. La decisión, tomada en Oviedo por un jurado presidido por la nadadora paralímpica Teresa Perales, consagra oficialmente a la estadounidense como una de las más grandes leyendas del deporte universal.
Una Trayectoria que Redefinió el Tenis
Hablar de Serena Williams es hablar de una era completa en el tenis femenino. Con 73 títulos individuales, 23 Grand Slams —la cifra más alta en la Era Abierta— y cuatro medallas de oro olímpicas, su carrera se convirtió en sinónimo de dominio, resiliencia y longevidad. Desde su primer título en 1999 hasta su retiro oficial en 2022, Serena fue más que una campeona: fue un fenómeno deportivo y cultural.
Cada vez que entraba en una cancha, redefinía los estándares físicos y mentales del tenis profesional. Su servicio —considerado uno de los más potentes y precisos de la historia— y su capacidad para revertir partidos imposibles hicieron de ella una jugadora temida, respetada y, sobre todo, admirada. Más allá de las cifras, lo que Serena representó para generaciones enteras fue una lección de coraje: una mujer negra que rompió moldes en un deporte históricamente blanco y elitista.
Un Premio con Significado Global
El Premio Princesa de Asturias de los Deportes no es una distinción más. Es uno de los galardones más prestigiosos del ámbito hispano y europeo, y reconoce trayectorias que han impactado de manera profunda no solo en el deporte, sino en la sociedad. En años anteriores, lo han recibido figuras como Rafael Nadal, la selección femenina de rugby de Nueva Zelanda y el maratonista Kipchoge Keino. Serena se une ahora a ese grupo selecto, como la primera tenista estadounidense en recibirlo.
El acta del jurado destaca su “palmarés incuestionable” y su “técnica impecable”, pero también resalta algo aún más relevante: su papel como símbolo de igualdad, superación y liderazgo. Este premio no sólo reconoce su dominio en el deporte, sino su voz poderosa fuera de él.
Más Allá del Tenis: Serena como Fuerza de Cambio
Lo que hace de Serena Williams una figura ineludible no es solo su capacidad con la raqueta, sino su firmeza ética. Desde sus inicios, nunca se conformó con competir: usó su visibilidad para hablar de racismo, de sexismo, de maternidad, de salud mental, de la falta de equidad en los premios económicos, y de cómo ser una mujer ambiciosa todavía incomoda a muchas estructuras.
Su empresa Serena Ventures ha invertido en más de 60 startups lideradas por mujeres y personas de comunidades marginadas. Ha construido escuelas en África, ha abogado por mejores condiciones de salud para las madres afroamericanas —tras enfrentar ella misma complicaciones durante su embarazo— y ha convertido cada victoria y cada derrota en un manifiesto de autenticidad.
Un Legado Intacto
Con este reconocimiento, Serena Williams confirma que su legado está lejos de diluirse tras el retiro. Como tantas veces lo hizo en la cancha, sigue marcando el ritmo. Hoy lo hace desde otro lugar: como madre, inversora, activista y, sobre todo, como símbolo de lo que ocurre cuando el talento se une con el propósito.
La entrega del Premio Princesa de Asturias 2025 no solo honra sus hazañas pasadas. También recuerda al mundo que el deporte, en su máxima expresión, es una herramienta de transformación. Y pocas figuras lo han demostrado con tanta contundencia como ella.
Un Llamado a Recordarla Como Es: Serena
“No quiero que me recuerden como la mejor tenista femenina. Quiero que me recuerden como una de las mejores tenistas, punto.”
Esas palabras suyas, pronunciadas durante una entrevista en 2021, resonarán por décadas. Porque si alguien encarna esa ambición justa, ese derecho a no ser encasillada, es ella: Serena Williams, campeona en la cancha y fuera de ella.
